Uso adecuado de las redes sociales

En los últimos años ha ocurrido un cambio en la forma que tenemos de percibir el mundo. La tecnología ha ocupado un lugar importante en nuestro estilo de vida y ha determinado nuevos patrones conductuales. Estos patrones exigen respuestas rápidas y efectivas de parte de los padres y formadores que les permitan a nuestros hijos y alumnos transitar con seguridad por los diferentes espacios en los que suelen estar.

Como padres, nos preocupamos por el daño que le pueden ocasionar algunas situaciones físicas, por lo que acostumbramos decirles: “no vayas a llegar muy tarde”, “no hables con extraños” o “o no vayas por esos sitios peligrosos”. Sin embargo, cuando nuestro hijo está en nuestra casa, echado en el sofá, con la televisión encendida, o revisando su celular, nos sentimos seguros. Esta forma de evaluar la seguridad de nuestros hijos, actualmente, no la garantiza para nada, pues desconocemos lo que hace mientras está conectado.

El conocimiento de lo que ocurre en esta nueva era de interacción social es fundamental para que los padres puedan cuidar, orientar, aconsejar y establecer reglas. Si los padres desconocemos lo que nuestro hijo hace, ¿sobre qué base orientamos? Por ejemplo, ¿sabemos cuántos “amigos” tiene nuestro hijo en las redes sociales?, ¿sabemos quiénes son sus contactos en realidad?, ¿sabemos de qué conversan? o ¿cuál es el lenguaje que utiliza cuando está conectado? Es frecuente que desconozcamos toda esta información, pero es vital que estemos al tanto de lo que ocurre en esta nueva forma de interacción humana que es la conexión virtual. En esta interacción, los chicos tienen amigos, discuten, exponen sus sentimientos, se enamoran y, por supuesto, se ven expuestos a peligros reales, ya que en internet uno puede ser quien desea. Por ejemplo, un adulto puede ser una chica adolescente de la misma edad de nuestro hijo.

Es justamente el grooming, una estrategia que utilizan personas adultas para ganarse la confianza de menores de edad a través de internet. Esto lo hacen para obtener una ganancia de tipo sexual. Para lograr esto, al principio establecen un acercamiento lleno de empatía, luego buscan obtener imágenes comprometedoras. Finalmente, establecen un encuentro con el niño o adolescente.

Este panorama compromete tremendamente a los padres de familia, quienes generalmente son quienes facilitan los medios como: Tablet, Smartphone y servicio de internet sin restricciones, en ausencia de filtros o claves de acceso que entorpecen la posibilidad de acompañamiento.

Por lo que el padre debe advertir a su hijo para que no acepte a cualquier contacto, evite colocar información que ponga en peligro su integridad y, en caso de que le ocurra algo que no lo haga sentir bien, bloquee el contacto y lo comunique de inmediato a sus padres.

Departamento Piscopedagógico

Colegio San Ignacio de Loyola.